martes, 23 de diciembre de 2008

Felicitación de Teatro Avanti

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Feliz Navidad. Un abrazo

pedro peinado dijo...

Igualmente José, felicidades a ti y al equipo de ars operandi

Anónimo dijo...

Hola, soy Javier Montoro, y quería felicitarle y darle las gracias por la ilustración que realizó para mi cuento "Lo que sembramos" publicado por la biblioteca de Córdoba, ya que plasmó a la perfección lo que el relato requería. Feliz Navidad

pedro peinado dijo...

Gracias Javier, lo único que hice fue ceñirme al relato que por cierto fue uno de los que más me gustaron.

BiCiClo dijo...

Pedro, recupérate por favor.
Tienes que volver a donde estabas, seguir por donde ibas.
Te queremos y te necesitamos: tu hijo, tu mujer, tu familia, tus amigos.

Luis Lagares dijo...

Animo, amigo. Por ti he encontrado ganas de involucarme en algo. Te debo una. Te espero para charlar en el patio y ver como juegan los crios en el patio, o para tomarnos una birra en el juan. Muchas fuerzas y mucho ánimo. Un beso.

Anónimo dijo...

Gracias por haber dado la vuelta y yo haber estado presente. Seguiremos disfrutando todos de tí.
Bienvenido amigo.

Anónimo dijo...

Vamos Pedro, tenemos pendiente nuestras historias absurdas a base de buenas imágenes y palabras inventadas.
Ánimo. Te esperamos

LA FACTORIA D dijo...

Ánimo Pedro... Te queremos

Anónimo dijo...

Hoy has despertado ha sido la primera alegria del 2009 seguiremos compartiendo muchas mas, aun te queda mucho por ilustrar....animo

Eva Gutiérrez dijo...

Nos has tenido asustados, a mucha gente, menos mal que no he olvidado cómo se reza. Espero verte pronto y darte un beso muy fuerte. Gracias por luchar, campeón!.Vaya coco que tienes! Eva

Anónimo dijo...

Estimado Pedro, sólo te escribo para decirte que me alegro MUCHO de que te encuentres mejor. Tómate la recuperación con calma y cuídate mogollón, Compañero. Los que te apreciamos -entre ellos este frikazo- esperamos volver, cuando tu salud lo permita, a verte al 100% y cómo no, charlar de "minimeces" como los tebeos, cómics, etcétera.

Un fuerte abrazo y a estar bien

Curro

ANDALOCIO Agenda cultural de Córdoba dijo...

Mucho ánimo Pedro para tu recuperación.
Qué sustito nos dio Julián cuando nos comunicó lo que te había ocurrido, no lo podíamos creer. Pero, estábamos seguros de que saldrías de esta dura prueba que te ha puesto la VIDA.

Te queremos

Tus amig@s de AndalOcio: Bea & Juan Antonio

Anónimo dijo...

Nos alegramos mucho de verte bien, valoramos mucho tu amistad, para nosotros eres muy valioso, estamos impacientes por verte en la calle. En momentos como estos nos damos cuenta lo que llegamos a querer a los demás, lo que nos necesitamos...un abrazo Perico, ¡hasta pronto!

Ainhoa, Raúl, Unak, Pepe, Blas y muchos, muchos más, ¡no sabes cuántos!.

Rosa Iglesias dijo...

otra vez vuelvo por aqui!!
aunque ya es tarde para navidad y esas cosas tengo que decirte que me ha encantado esta tarjeta.. y esque en la sencillez está el truco. Me parece muy bonita y agradable a la vista.
Que empieces muy bien (o hayas empezado) el año!!.

Anónimo dijo...

...ya sabes que estás dentro del círculo de protección y que el tesoro de las posibilidades infinitas está dentro de tí; así que sigue regalándonos medias sonrisas y alguna que otra picarona como la del relato que te mando. Es un relato corto que escribí hace mucho tiempo, luego vinieron muchos más, pero de este guardo un grato recuerdo. Además nunca nadie lo ha leído, espero que te guste... y lo recuerdes... milbesos

TESTIGO DE UN ATRACO

No me apetecía irme tan pronto aquella noche. Chica me dijo que el que había sido mi “chico especial“, hasta hacía unas semanas, la iba a acompañar a casa; cosa que no me extrañó, habían estado tonteando toda la tarde. Me alegró no tener que ser yo la que la llevara. Pedro me dijo que me quedara y él me acompañaría.
Echamos otra partida al billar, por supuesto volvimos a ganar Pedro y yo; así que Lola y “El Cuevas” les tocó pagar otra ronda. Pronto dieron las dos de la madrugada y nos marchamos. Decidieron llevarme a casa los tres, así que enganchados del brazo y tarareando “Cadillac Solitario” doblamos la esquina del bar que nos conducía a ese pequeño y oscuro callejón, por el que solíamos atrochar para no dar toda la vuelta a la calle.
Al ir avanzando por él me estremeció el sepulcral silencio, los cuatro nos callamos de pronto y nos paramos en seco, mirándonos. De pronto y sin saber de donde había salido, tenía un encapuchado detrás de mí, Lola dio un grito y corrimos hacia delante, pero no habíamos dado tres pasos cuando nos salió otro encapuchado, y dos más de detrás de un naranjo. Nos acorralaron a los cuatro, Lola estaba detrás de Antonio y yo detrás de Pedro. Iban vestidos de un negro riguroso, todos con pasamontañas, negros también. Llevaban barras de hierro y cadenas en las manos, parecían escapados del rodaje de una película del Bronx. Hablaban todos a la vez y no sabíamos que querían, hasta que uno pidió silencio y nos dijo que las chicas nos podíamos marchar que lo que querían era un ajuste de cuentas con los chicos. Yo me quedé muda cuando noté un líquido caliente encima de mi pie; Antonio se había hecho pis encima y Lola dueña del pánico comenzó a llorar.
Todo pasaba a cámara lenta ante mis ojos como si de un mal sueño se tratara, pero mi perplejidad me hizo regresar cuando Pedro les plantó cara con una valentía arrolladora, que me hacía ver una faceta de él desconocida para mí, casi imposible de creer en aquella situación. De pronto alguien gritó al fondo del callejón, nuestros salvadores era un grupo de cuarentones que salían del bar donde habíamos estado nosotros momentos antes. Los encapuchados salieron corriendo y uno de ellos, el mas bajito, se quitó el pasamontañas antes de salir del callejón, por lo que todos nos miramos y salimos tras ellos, mientras Lola gritaba: “Benito, cuando te coja te enteras”.
Al llegar a la plaza les dimos alcance, y mientras Lola y yo les pegábamos manotazos de rabia, Antonio lloraba de impotencia y coraje; al fondo Pedro reía picaronamente, ya me extrañaba a mí esa valentía tan repentina.

Isabela Molina Grande



¿Te acuerdas del nombre del Bar?

Anónimo dijo...

... espero que hayas leído el relato y al menos te haya hecho sonreir, aunque no esperes que coincida plenamente con la realidad; a los que nos gusta escribir, nos gusta mezclar realidad y ficción, e incluso a veces dejar la historia sin terminar para dejar al lector o lectora que piense lo que quiera, o para escribir una segunda parte... ya sabes, para darle un poquillo mas de emoción..., aunque tú superas con creces cualquier ficción, demostrando tener la fuerza, valentía y audacia de un superhéroe de esos que salían en los comics que le compraba a mi hermano en TOTEM y que me gustaba ojear antes de llevárselos.
¿Has leído alguno hombre-araña?
¿y el superhéroe, a veces, no tiene que fingir para no delatar a sus colegas, aunque parezca un cabroncete?
...me alegra mucho que estés de vuelta...
...milbesos

Anónimo dijo...

¡Vaya susto, Pedro!! Menos mal q ya te has y nos has hecho a tod@s el favor de tirar palante.Espero verte pronto por el Juan, dónde falta algo.Un beso gordo
Cris

Ars Operandi dijo...

Un cordial abrazo de parte de todos nosotros :-)